Hoy no ha sido un día productivo. Debido a que hemos tenido una semana bastante ocupada y la semana siguiente comenzarán las clases, habíamos decidido quedarnos en casa para relajar. Nos concentramos en asegurar que teníamos la mochila preparada para el lunes con todo el material que necesitaremos para las clases y también preparar el cambio de ropa para el gimnasio.
Al terminar la mochila para mañana, nos metimos en la cocina para preparar la comida de la semana y los aperitivos que tendremos que llevarnos a la universidad como parte de nuestro régimen. Para terminar el día, permanecimos en el sofá hablando sobre nuestras expectativas de este semestre en Sevilla y viendo series americanas hasta la hora de dormir.
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Sábado, 26 de enero 2019
Nos despertamos temprano y con prisa nos arreglamos. Por suerte, hacia un día fenomenal, lo que nos motivo más. Hoy habíamos quedado con Desi para ayudarle mudar de su apartamento en el centro de Sevilla a una de las residencias situadas en la Universidad de Pablo Olavide. Desafortunadamente, ninguna de las tres nos habíamos enterado de que había un partido de fútbol entre el Sevilla y el Betis y cuando llegamos al metro Puerta Jerez nos vimos rodeadas de gente con pancartas y vestimenta del Sevilla. Esto no acabo aquí, ya que debido a que íbamos en dirección hacia el partido, todos los trenes que pasaban estaban llenísimos y parecían una lata de sardinas más que un vagón de tren. Después de haber pasado el séptimo tren, bueno creo que era el séptimo, y lo que pareció ser una eternidad, vimos un hueco en el siguiente ten y las tres nos montamos rápidamente. De ahí no nos tardó nada en llegar a la universidad y encontrar su residencia.
Después de haber escuchado al recepcionista quejarse la última vez que su descanso comienza a las dos, nos aseguramos de llegar con tiempo para no tener que escuchar su discurso otra vez. Sin embargo, le estuvimos esperando fuera de la residencia durante un buen rato. Intentamos el timbre un millón de veces y llamamos al número de la recepción otras mil y nada. Hacia un calor horroroso y no importaba donde me sentaba, no podía deshacerme de esa sensación, así que decidimos sacarnos fotos.
El calor hacia la espera insoportable, así que cuando se asomo el recepcionista, salimos corriendo las tres hacia la puerta de la residencia. Dentro, el señor le explicó a Desi como funcionan las cosas en la residencia, en cuanto a su cuarto, a las normas de visitas, la lavandería y otras cosas más. Al ver que se estaba intentando adaptar a su nuevo entorno, nos dijimos adiós y con eso, Chantelle y yo nos dirigimos a casa.
Viernes, 25 de enero 2019
Hoy ha sido un día bastante aburrido, ya que no hemos salido de la casa. No obstante, quedarnos en casa fue la mejor idea debido a que pude dedicarme a comenzar algo pendiente desde hace bastante tiempo.
Durante meses no he podido dedicarme al gimnasio como lo hacia anteriormente, debido a que he estado en Barcelona. Sin embargo, después de ser informada sobre la sala de musculación que tiene la Universidad Pablo de Olavide, he decidido comenzar desde cero con el gimnasio y, por supuesto, tomármelo en serio. Con esta decisión, me puse en marcha para crear un régimen de comida adaptada para una estudiante universitaria. Durante horas estuve analizando las diferentes comidas y los ingredientes que llevaban, para poder averiguar si los podía añadir a mi régimen de comida. Mi objetivo no es perder peso, sino crear un poco de músculo y tonificarlo. Debido a esto, es recomendable que ingiera por encima de dos mil quinientos de calorías, ya que una mujer de mi edad quema, normalmente, entre unos mil ochocientos a dos mil calorías y para crear músculo es necesario que el cuerpo posea un exceso de calorías. Junto con el régimen de comida, tuve que diseñar un plan de entrenamiento, teniendo en cuenta las diferentes maquinas dentro de la sala de musculación. Fue extremadamente divertido el proceso de diseñar un plan de comida y de entrenamiento, ya que esta motivación me ayudara a conseguir los resultados que quiero.
Con esto, cenamos y nos fuimos a la cama temprano para poder madrugar, ya que tenemos que estar en Puerta Jerez a las doce de la tarde.
Jueves, 24 de enero 2019
Otro día que me despierto tarde. No quiero que sea una rutina, pero me encuentro demasiado cansada comparado a lo normal. Aun cansada, conseguí levantarme de la cama y arreglarme. Chantelle y yo no habíamos planeado nada para hacer durante el día, sin embargo, al ver que el día se nos iba y no lo estábamos apreciando al máximo, se nos ocurrió ir al centro comercial Los Arcos con nuestra compañera de Erasmus, Desi. Ahí nos pasamos un rato de tienda en tienda y paramos en un restaurante llamado Pomodoro. Esa tarde, entre las tres, nos apetecía conocer Sevilla un poco mejor y decidimos ir en metro hacia Puerta Jerez donde se localizaba la Torre del Oro, justo al lado del Río Guadalquivir. Era mi primera vez visitando este monumento emblemático de Sevilla, pero la sensación de estar al lado del río por la noche, rodeada de luces, no se me olvidará.
Miércoles, 23 de enero 2019
Sonó el despertador a las ocho de la mañana y como un zombi encendí mi ordenador y entré al aula virtual para finalizar mi matrícula. Gracias a Dios seguía habiendo plazas para las asignaturas que quería.
Hacía un día estupendo, aun así, salimos de la casa sobre las cinco de la tarde para ir a un centro comercial llamado Nervión, la cual nunca había visitado. Nos fijamos que detrás del centro comercial se localizaba el campo del Sevilla, el cual estaba rodeado por un murro gigantesco pintado de rojo y blanco, con el escudo del Sevilla en medio. Encima de este, se puede leer Estadio Ramon Sánchez Pizjuan y rodeándolo se encuentran seis jugadores del equipo del Sevilla.
En comparación a Los Arcos, Nervión no era nada especial. En general, tienen las mismas tiendas, sin embargo, Nervión parece mucho más grande debido a que tiene una plaza bastante espaciosa justo en el medio.
Después de haber entrado en algunas de las tiendas, nos dimos cuenta que empezaba a hacerse tarde y decidimos volver a casa.
Martes, 22 de enero 2019
Amanecimos temprano para poder llegar a la universidad con tiempo de sobra, por si acaso queríamos tomar un café o solo relajarnos. Sin embargo, el café tuvo que esperar, ya que nos perdimos intentando encontrar el edificio número 31 en el cual tuvimos la reunión de bienvenida. Esto no me sorprende porque Chantelle y yo nos perdemos continuamente. Conocimos a unos estudiantes de Erasmus que también se habían perdido y después de preguntarle a otra estudiante, encontramos el lugar.
El edificio se llama el Paraninfo y dentro nos informaron sobre las actividades que íbamos a realizar hoy. Primeramente, recibimos nuestra carta de estudiante y un itinerario. Luego, dos estudiantes de la UPO nos guio alrededor de la universidad para enseñarnos lo más importante, como por ejemplo la biblioteca, el gimnasio y algunas aulas dedicadas a humanidades. Durante esta guía de la universidad, se nos informó sobre diferentes actividades disponibles para estudiantes de Erasmus y junto a ello, también nos comunicaron sobre información importante, como por ejemplo, como cambiamos de una materia a otra, donde podemos localizar documentos importantes y como accedemos al aula virtual.
Nuestro día de bienvenida en la Universidad Pablo de Olavide llegó a su fin alrededor de las 12. Decidimos ir a comer con los dos estudiantes de Erasmus que conocimos, los cuales se llaman Desi y Salva. Nos montamos en el tren y fuimos hacia Puerta de Jerez, donde encontramos un restaurante llamado Coliseo. Después de haber estado ahí durante un buen rato, Chantelle y yo volvimos a casa para preparar nuestros documentos para el “Add&Drop” periodo.
La noche se hizo larguísima. Mientras intentábamos cambiar algunas de nuestras materias online, la página web no funcionaba. Se nos informó que había un problema técnico y que no podíamos acceder a nuestra matrícula. Con eso, nos fuimos a la cama.
Vaya noche…
Lunes, 21 de enero 2019
Sevilla. La cuidad más hermosa del mundo en mis ojos. Esto no solo se debe porque soy de aquí, si no por lo que ofrece en sí. Está enriquecida de cultura e historia, y llena de un ambiente inexplicable que solo se entenderá al visitarla.
Hace un par de años que no he visitado está ciudad tan hermosa, pero jamás la olvidé. Al aterrizar me encontré sofocada con un sentimiento de melancolía, ya que este viaje solo lo había hecho con mi madre y hoy no se encuentra sentada a mi lado. Al salir del avión, ese olor distintivo que reconocía perfectamente lleno mis vías aéreas y volví a sentirme en casa.
Del aeropuerto cogimos un Uber, el cual nos dejó exactamente en frente de nuestro piso. Aquel piso rodeado de naranjos que tanto echaba de menos. Al subir dejamos las maletas y decidimos ir a un supermercado cerca llamado “Más y Más”. Acabamos con casi media tienda en nuestro carro de compra y supongo que eso no pasa a menudo porque la gente nos miraba con caras raras, pero ¿qué vamos a hacer? Hay que comer.
Al volver a casa con la compra, decidimos guardar la comida e ir a dar una vuelta luego. Pasamos junto al centro comercial más cercano a nosotras llamado “Los Arcos”. Le enseñé a Chantelle donde encontrar el Hipercor y todas aquellas tiendas que sé que le gustan. Entre las dos hicimos un pacto que no íbamos a comprar nada, ya que necesitamos usar el dinero sabiamente…Eso no duró mucho. Bueno, es el primer día…digamos que es un regalo para mi misma por haber hecho el viaje.
Volvimos a casa después de un rato y comenzamos a preparar las cosas para el día siguiente: La bienvenida a la Universidad Pablo de Olavide.