Sonó el despertador a las ocho de la mañana y como un zombi encendí mi ordenador y entré al aula virtual para finalizar mi matrícula. Gracias a Dios seguía habiendo plazas para las asignaturas que quería.
Hacía un día estupendo, aun así, salimos de la casa sobre las cinco de la tarde para ir a un centro comercial llamado Nervión, la cual nunca había visitado. Nos fijamos que detrás del centro comercial se localizaba el campo del Sevilla, el cual estaba rodeado por un murro gigantesco pintado de rojo y blanco, con el escudo del Sevilla en medio. Encima de este, se puede leer Estadio Ramon Sánchez Pizjuan y rodeándolo se encuentran seis jugadores del equipo del Sevilla.
En comparación a Los Arcos, Nervión no era nada especial. En general, tienen las mismas tiendas, sin embargo, Nervión parece mucho más grande debido a que tiene una plaza bastante espaciosa justo en el medio.
Después de haber entrado en algunas de las tiendas, nos dimos cuenta que empezaba a hacerse tarde y decidimos volver a casa.