BARCELONA
¡Estaba muy nerviosa por la semana de bienvenida! No tenía ni idea de a dónde iba o qué debía llevar. Afortunadamente, a medida que nos acercábamos a esa semana, recibimos un correo electrónico de la Universitat Pompeu Fabra con un itinerario de lo que sería la semana del 18 de septiembre al 20 de septiembre. A los estudiantes Erasmus se les notificó que, según su grado, estarían en el Campus Poblenou o en el Campus Cuidadela, que estaban a veinte minutos de distancia.
El 18 de septiembre fue un día húmedo. Cuando salí de mi apartamento en Viladecans, comenzó a chispear, sin embargo, una vez que pisé fuera del metro en El Clot-Aragó y comencé a dirigirme a la universidad, en unos minutos se abrieron los cielos y ¡me sintí como si no me hubiese ido de Londres! Vaya ironía… ¡Después de quince minutos, finalmente llegué! El auditorio estaba lleno de gente, todos hablaban diferentes idiomas. Todos parecían tener la misma expresión de ansiedad en sus caras, esperando impacientemente las noticias. En cuestión de minutos, recibimos nuestra identificación de estudiante, así como nuestro Certificado de llegada.
La primera charla fue una forma de introducción a la universidad por diferentes profesores, explicando la dinámica de la universidad, etc. Luego procedieron a explicar los diferentes cursos de idiomas dentro de la instalación, el Servicio de Asistencia Comunitaria de la Universidad, información sobre como se usaba el Campus Global, la seguridad por parte de la policía catalana, antecedentes de la historia de Barcelona y finalmente una visita guiada por la Universidad Pompeu Fabra. Incluso si prestaste atención a la última parte, te puedo asegurar que no importa porque aún me perdí por mi cuenta. Como siempre…
La Semana de Bienvenida, en general, me tenía extremadamente nerviosa, pero es porque no sabía qué esperar, pero eso es normal, por supuesto. Sin embargo, aprendí que debes tener una mente abierta desde el principio y aceptar cosas nuevas.