En el pueblo fuera de Valencia, donde vivo con mi familia, a veces me gusta ir a correr ya que no hace tanto calor. No es un pueblo grande, pero hay una casa cerca de la plaza central donde viven dos perros muy, muy amables.
Son la motivación perfecta para buscar mis zapatos de deporte y salir para decir hola y acariciarlos. Nunca he visto al dueño (o la dueña), pero me imagino que no soy la unica persona que los acaricia.
La marrona y blanca es más joven, muy curiosa también. 10/10.
El rubio supongo que es mayor, es como un oso grande y amable. 10/10
En las palabras de mi madre: ¿pensaba que ibas a hacer deporte?
Que sí, Mama. ¡Solo hago una pequeña pausa! 😀
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