Enero de este año fue un mes muy, muy largo. Claro, el número de días en el mes siempre es el mismo, sin embargo, con todo el trabajo que tenía que hacer para mi universidad, me pareció una eternidad.
Las vacaciones de Navidad fueron maravillosas, antes mi padre vino a verme a Málaga y pasamos 4 días de viaje en varios sitios de España y después fui a Edimburgo por una semana para ver algunos amigos y empezar el nuevo año en un lugar donde nunca había ido antes. Todo fue maravilloso y emocionante, lo pasé muy bién y conocí también a nuevas personas.
Sin embargo, todas las cosas buenas siempre pasan muy rápido y esto es lo que pasó a mis vacaciones de Navidad. Regresé a Málaga el 6 de Enero y inmediatamente tuve que empezar a estudiar para mis exámenes al comienzo de Febrero. Los exámenes que tenía que hacer era mi primera prueba de árabe, dos exámenes de periodismo y un examen sobre la historia de España de la edad moderna y contemporánea.
Todo el mes lo pasé muy nervioso por mis examenes, especialmente por árabe; este es mi primer año estudiando este idioma y desde el comienzo fue muy difícil aprender prácticamente todos los aspectos del árabe, el vocabulario fue muy difícil de aprender, como también la pronunciación de las palabras y todas las reglas de la gramática. Sin embargo, este nuevo idioma me gusta muchisimo y estoy feliz de haber elegido este curso aquí en España, especialmente porqué aquí en Andalucía hay mucha influencia de la cultura árabe.
Claramente, es un idioma muy diferente al italiano, al español o al inglés y por esta razón es muy fascinante aprenderlo en clase. Unas de las características que para mí son más interesantes son que las palabras se escriben desde la derecha hasta la izquierda; que hay 28 letras en el alfabeto y que cada letra se debe escribir de 3 maneras diferentes dependiendo de si está al comienzo, en medio o final de la palabra; que hay letras masculinas y femeninas y que los verbos ser y haber no existen, porque en la cultura árabe solo Allah es el ser más elevado y el único dueño de todas las cosas.
Pasé las semanas antes del examen haciendo ejercicios de escritura y de memorización de todas las palabras de las unidades de nuestro libro para las clases y al final conseguí una nota positiva en el examen de fin de cuatrimestre; estaba muy feliz y satisfecho. También por las otras asignaturas no fue fácil estudiar; he tenido que hacer mucho trabajo de práctica para conseguir aprender todo el contenido de mis exámenes de historia y de periodismo.
Mis exámenes de periodismo al final no fueron demasiado difícil, muchas de las cosas que vimos en clase fueron cosas que ya había hecho en Roehampton los años pasados, entonces el mío fue más un trabajo de revisión. Mi examen de historia fue el último que tenía que hacer y gracias a mi gran suerte, era el sábado por la mañana, un aspecto que no me gustó mucho ahahah.
Al final estaba satisfecho de los resultados de mis pruebas y feliz de haber terminado la primera mitad de mi año en España de manera positiva.