Isla Mágica

El 14 de Mayo fui a Isla Mágica con mi amigo Daniél, este es un parque de atracciones ubicado dentro en la ciudad de Sevilla.

Fuimos en coche y el viaje fue de dos horas y media. El día era soleado y radiante y pasamos el camino hablando y repasando inglés, ya qe Daniel estaba estudiando para un examen de inglés, el cual tendrá lugar al final de Julio.

Ya varias veces, en este blog, he hablado sobre los paisajes de Andalucía y la verdad es que, cada vez que viajo en coche, me encanta mirar por las ventanas y observar las maravillas de este país.

Tengo que indicar que salimos de Málaga por la mañana, bastante temprano, así que llegamos a Isla Mágica al mediodía. Para entrar en el parque con el coche tuvimos que pasar previamente por un puente muy largo y moderno, que cruzaba el río Guadalquivir.

También en Sevilla el tiempo era bastante bueno, aunque estaba un poco nublado, pero seguía haciendo bastante calor. Cuando finalmente entramos en el parque, el sitio me pareció súper guay.

Isla Mágica está construida para parecerse a una cala pirata, por esta razón por todo el parque tiene attraciones que parecen barcos de piratas y plantas exóticas como palmeras y flores. En medio del parque hay un lago artificial muy amplio, con plantas y muchas aves y también barcos, todo esto te invita a hacer un tour por todos los rincones. Por la noche, en este lago, los actores de Isla Mágica realizan espectáculos pirotécnicos y acrobáticos, con bailes y juegos de agua.

El parque cuenta con muchas atracciones, tales como las montañas rusas y los rápidos;además de lugares para comer o comprar golosinas, que atraían a muchos de los visitantes y especialmente a los niños, que por cierto eran muy numerosos. Daniel y yo comimos un tipo de roscos redondos, pequeños y muy dulces,recubiertos de nutella, cuyo nombre no recuerdo, pero tengo que decir que eran absulutamente deliciosos.

Lo que más me gustó del parque fueron las atracciones de agua, porque me encantaba, cuando con el sofocante calor, te podías mojar en los rápidos.

Además, he descubierto que para mí es muy fácil marearme en las atracciones que van muy rápido, algo que me sorprendió mucho, porque cuando era un niño yo no tenía problemas al subirme a las montañas rusas y otras atracciones de este tipo. Quizás, con la edad, mi capacidad de resistir al mareo ha llegado a ser más débil jaja. Daniél estaba un poco enojado conmigo, porque no podía subirme de forma repetida a las montañas rusas con él, jaja.

Más tarde, fuimos a ver un espectáculo de rapaces. Había halcones, águilas, buitres y otras aves muy raras que hacían acrobacias mientras se elevaban en el aire y volaban sobre las cabezas de la audiencia. Al final del espectáculo, Daniél y yo decidimos ir a ver otras actuaciones, en concreto, el espectáculo final que ya mencioné en el post. Fue guay, con efectos de fuego, agua y luces. Los actores me seleccionaron del público para participar en el espectáculo. Aunque pasé vergüenza al principio, luego lo pasé genial. Fue un día especial.

  

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