Por primera vez desde que hemos estado aquí, Francesca y yo fuimos a almorzar al comedor universitario. En la orientación, nos dijeron que hay comedores universitarios en algunas de las facultades y que son muy baratos. Por lo tanto, cuando fuimos allí compramos un billete de 3,50 euros y la comida que comimos era más como un banquete. Había dos platos principales, con pan, postre y vino. Fue muy abundante y no podía creer que hubiera comido tanto por solo 3,50 euros. Decidimos venir a comer aquí todos los viernes.

Terminamos de comer a las tres, pero nuestra clase de Traducción no comenzó hasta las seis, así que estábamos pensando en lo que podíamos hacer. La mayoría de las tiendas estaban cerradas por la siesta, así que no pudimos ir a mirar escaparates. Entonces, sugerí que fuéramos al Parque Federico García Lorca porque había oído que era muy hermoso.

Cuando llegamos allí estábamos un poco decepcionadas porque no había mucho alrededor. No había flores y la mayoría de las plantas estaban perdiendo sus hojas, pero supongo que es normal, ya que es noviembre. Decidimos quedarnos allí y tomar el sol porque no había mucho más que pudiéramos hacer. Fue relajante. Vimos muchos aviones en el cielo, así que Francesca abrió una aplicación que nos dice a dónde van los aviones. Fue algo triste de hacer, pero esperábamos que uno de esos aviones volviera a Londres. Pero, por desgracia, ninguno de ellos fue. Una hora antes de clase volvimos a la facultad y ese fue el final de nuestro viernes.

Tejal xo