Semana Santa 🐣

Me quedé en Granada durante la Semana Santa porque los vuelos para volver a Londres eran muy caros. Al principio estaba muy triste y en su lugar traté de hacer planes para ir a Portugal otra vez, pero no sucedió. Así que decidí ir a ver las procesiones de Semana Santa. Inicialmente, estaba muy triste y enojada porque no podía volver a casa, pero finalmente, me pareció divertido ver las procesiones, así que no fue tan malo. Creo que miré alrededor de dos o tres procesiones casi todos los días. El clima fue increíble durante esta semana, hacía calor y solía casi todos los días. María hizo Torrijas (hecho con azúcar moreno), y yo la ayudé. Tenía canela, y aunque no me gusta, las Torrijas eran deliciosos. Bueno, así fue como fue mi semana: viendo programas de televisión o películas por la mañana, luego viendo procesiones por la tarde hasta la noche (porque eran lentos) y luego hablando con mi madre antes de dormir. Puedo entender por qué los ciudadanos pueden cansarse de las procesiones, ya que ven esto todos los años. Es muy ruidoso y muchas calles están bloqueadas.

 

¡Oh! Pero déjame contarte sobre la última procesión que fui a ver. Dos noches antes, fui a la procesión de los gitanos con María, Paco y su hija. Después, tomamos tapas y helado antes de regresar a casa. Me dolió la garganta a la mañana siguiente, pero básicamente estaba bien. Así que a las cuatro de la tarde fui al centro porque leí en la página web del Ayuntamiento de Granada que las procesiones pasarán allí a partir de las cuatro y media. Sin embargo, ese no fue el caso. Iban a pasar alrededor de las seis o siete de la tarde. Así que esperé. A las nueve de la noche vi dos procesiones y decidí ver uno más antes de salir para volver a casa porque hacía mucho frío. Pero, el destino tenía otros planes. En el medio de la tercera procesión, comencé a sentirme extremadamente mareada y con náuseas. No podía estar en pie y mi vista fue borrosa, así que en vez de mirar el resto de la tercera procesión, comencé a regresar a casa. Fue una tarea muy difícil de hacer mientras estaba mareada y el centro estaba muy lleno de gente, pero afortunadamente llegué a casa. Al día siguiente estaba resfriado. ¡Qué maravilloso!

Al final de la semana, me encontré con Nayyara y fuimos a Córdoba, con su madre. Vimos la Mezquita, que no vi las últimas dos veces que fui. Me encanta ir a Córdoba porque entonces puedo comer mi Tortilla de patatas y Salmorejo favorita. En general, fue una semana agradable y me divertí. Y estoy muy contenta de haber tenido la oportunidad de ver las procesiones de semana santa porque fue una experiencia muy diferente.

 

Tejal xo

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