Mi última clase del primero semestre fue el viernes, 21 de diciembre. Dos días después, la noche antes del día cuando mi familia y yo celebramos Navidad, cogí un vuelo a Eslovaquia para ir a las fiestas allí. Pasé medio día corriendo por la ciudad como una loca, en la temperatura de 21 grados (un día antes de Navidad, increíble), para encontrar una tienda donde me podían imprimir mi billete de avión, pero no había ni una abierta. Al final, me salvó la vida un señor muy amable en el aeropuerto. Cansada, pero ya finalmente calmada, con la copia física del billete en la mano, me dijeron que tenía que esperar más que dos horas, porque mi vuelo se retrasó.
A mediados de enero, volví a Valencia. No es que no había estudiado en casa, pero estos cuatro días que tenía antes de mis exámenes, no hice nada más. Me desperté temprano, me preparé algo para comer y fui a la biblioteca, donde pasé todo el día. Después, me volví al piso y me acosté a medianoche, solo para repetir lo mismo el día siguiente. Tengo que admitir, estaba un poco estresada, porque no sabía que esperar de los exámenes. Todavía me faltan dos notas, pero de la otra asignatura saqué una de las notas más altas de la clase, de que me alegré mucho. Trabajo duro tiene recompensa.
El segundo semestre empezó el lunes, 28 de enero. Este día también tuve mi primera clase de Fotoperiodismo. Las lecturas no se dan en mi facultad, pero en el Taller de Audiovisuales de la universidad, que está más cerca de mi apartamento. Antes de la clase, encontré con el profesor y nos introducimos. Esta nuestra charla pequeña me dio un poco más confianza, porque habló muy claro y no muy rápido, que me permitió entender todo lo que dijo. En la clase, vimos algunas fotos más conocidas del mundo foto periodístico, y también un documental corto que era en catalán. Para mi sorpresa, comprendí casi todo. Después, trabajé con dos chicos españoles en una actividad de clase pequeña. Estos dos, en mi opinión, representaron perfectamente los dos grupos de hablantes nativos cuales he encontrado en Valencia – uno me habló bastante y me preguntó sobre mi país y mis estudios, el otro casi no me miró, como si tuviera miedo de mi “extranjerismo”.
El martes por la tarde, tuve clase de Morfología española. La da un profesor joven, que también habló muy claro y, además, de una forma interesante y atractiva sobre algo tan gramaticalmente específico como los tipos de palabras. Parece que esta clase será bastante trabajo de casa, pero espero que el profesor nos ayude si tendremos problemas con algo. Inmediatamente después, tuve una clase más, en el mismo aula también, que se llama Estudios españoles contemporáneos. Entró al aula una mujer energética, que nos habló en una voz profunda y penetrante. Al principio, era un poco difícil ajustarse a su acento, pero estoy seguro de que me acostumbraré pronto.
El miércoles ya sabía que me esperaba, porque tengo una clase con que sigo del semestre pasado (también tengo esta asignatura el viernes). Ya conocí a la profesora y su habla, a la mayoría de mis compañeros de clase (aunque recibimos a algunos nuevos del programa Erasmus) y por eso me sentí más cómoda aquí que en las otras clases.
El jueves, otra vez tuve Morfología española y Los estudios contemporáneos. Esta vez, los temas que estudiamos en Morfología fueron un poco más difíciles que los de martes, pero el profesor nos dio una lista de libros y manuales para consultar si no entendemos algo (y por supuesto, podemos preguntarle también). En Los estudios, también recibimos nuestra bibliografía. Para esta asignatura tendremos que leer algunas novelas españolas y algunos poemas (pero esto lo haremos más tarde, en la otro parte de clase con otra profesora). La novela con que empezamos era “Nada” de la escritora española Carmen Laforet. La historia se desarrolla poco después de la Segunda Guerra Mundial, y el libro fue revolucionario porque rompió las normas en que se escribía sobre las mujeres de esa época. Con esta corta introducción, la profesora abrió el tema de la posición de la mujer durante franquismo. Nos contó sobre la organización Sección Femenina y también nos mostró algunas imágenes que sirvieron como propaganda, diciéndoles a las mujeres como deberían portarse en sus casas y como deberían atender a sus hijos y sobre todo, a su marido. Si me recuerdo correctamente, esto lo vimos en mi primer curso en Roehampton en una de mis asignaturas españolas. También estoy bastante familiarizada con este tema, porque escribí mi primer ensayo universitario sobre él. Leer la novela en español será difícil, pero al menos ya me gusta de que va a tratar.
P.D.: Pienso que la profesora de Los estudios es venezolana, o al menos de América Latina: cuando se dirigió a nosotros en clase, usó la forma de “ustedes” en lugar de la española de “vosotros”. Además, su acento me hizo pensar en este vídeo de una comediante venezolana que vive en los Estados Unidos sobre los acentos diferentes en español. Os lo dejaré aquí, aunque esté en inglés. Espero que os guste, cómo me haya gustado.
Muy bueno!!!!
Espero que te gustara Nada