Estoy de vuelta en Granada después mi viaje a Sevilla, que fue fantástico. Pasé momentos estupendos con mi novio y sus amigos. La ciudad es hermosa, y el clima era tan cálido que hizo la visita aún más agradable. La comida era tan deliciosa que nunca fue suficiente y probamos tantas cosas diferentes. El tiempo se ha ido tan rápido que no puedo creer que las vacaciones ya hayan terminado.

 

 

El primer día, en realidad no hicimos mucho. Fue el primer día después de dos largos meses que mi novio y yo estuvimos juntos, así que decidimos pasar tiempo juntos y hablar sobre cómo nos ha ido todo en este tiempo. Luego, sus amigos llegaron por la noche y salimos a cenar todos juntos.

Fue en el segundo día cuando comenzamos las visitas de verdad. Encontramos estos tours gratuitos en internet, que principalmente funcionan dejándoles a las guías generosas propinas al final de la visita, y fue una gran experiencia. No hemos visitado ningún monumento en el interior, pero todos en el exterior. Vimos la catedral y su torre llamada la Giralda, así como una de sus entradas llamada Puerta del Perdón. Luego fuimos al Barrio de la Judería, a la Plaza de San Francisco, vimos el Ayuntamiento, la famosa Plaza de España y la antigua fábrica de tabaco donde hoy en día se sitúa la universidad de Sevilla. Era todo apasionante y hermoso de ver. Recomiendo hacer estos tours gratuitos.

 

 

Guardamos el último día para volver a los lugares que más nos gustaron y tomar más fotos. También fuimos al Metropol Parasol, que es un mirador donde hay la vista de toda Sevilla. Fuimos allí por la noche para tomar unas copas, y casualmente nos encontramos con Justyna que estaba allí con sus amigos de Polonia que también estaban de visita. ¡Fue genial también verla!

 

 

No es necesario decir que volver hoy fue realmente triste. No solo tuve que despedirme de mi novio, sino que volví, y Lea ya no está aquí porque ya volvió a Alemania, y la casa parece tan vacía, y mi sentimiento de soledad volvió a ser aún más fuerte. Llegué a casa, y encontré una bolsa encima de mi cama. Había dentro muchos pequeños regalitos de su parte y una carta para cada una de las próximas semanas que voy a estar aquí, algo parecido a un calendario de adviento. Ha sido tan amable de su parte de hacerlo que me hizo llorar y reír al mismo tiempo.

 

 

Me siento como que caí de nuevo y no tengo la fuerza para ponerme de pie otra vez. Después de todo, por mucho que un lugar pueda ser hermoso, nunca puedes ambientarte a él si tu corazón está en otro lado.