No estaba segura hasta el último minuto de que esto fuera realmente una buena idea, pero ahora que estoy aquí, tengo este sentimiento de llorar de felicidad. ¡Os estoy escribiendo desde el aeropuerto de Málaga, esperando mi vuelo para Londres!
Ahora mismo estoy en Starbucks, con mi Gingerbread Latte escribiendo este post, justo como lo haría en Londres, pero en Costa Coffee. Regreso a los orígenes. Igual en cuanto leáis esto pensáis: está en España con toda esa excelente comida y café, ¡cómo podría echar de menos eso! Bueno, estoy de acuerdo, pero no es el producto lo que echo de menos si no hacer eso de nuevo.
Pensaba que era una mala idea ir a Londres porque veía cómo todo el trabajo se estaba acumulando y sentía que no iba a disfrutar de mi tiempo allí y que volvería cinco veces más estresada de lo que estoy ahora. Pero en este momento que estoy esperando mi vuelo, estoy feliz de haberlo reservado. Además, lamentablemente, tuve algunos problemas logísticos que solo puedo resolver en Londres, por lo que, este viaje al final ha resultado útil.
Espero que este descanso me ayude a afrontar mejor las tres semanas que tengo por delante y a sentirme mejor sobre los problemas que he tenido últimamente (no relacionados exclusivamente con la universidad). A veces, lo que uno realmente necesita es contar con el apoyo de las personas que lo aman, y no siempre es bastante con una conversación telefónica.