Regresé a Granada hoy después de mi breve viaje a Londres. Fue agradable estar allí, aunque solo fue por unos días. Al principio, pensé que no iba a disfrutar como dije en el post anterior porque tenía demasiadas cosas que hacer, pero volver a mi vida me hizo olvidar la mayoría de mis preocupaciones durante algunos días.

He descansado, he pasado momentos bonitos con mi novio, he comido toda la comida del mundo que echaba de menos, y sentí que había regresado al pasado por un tiempo. Me he asegurado de no perderme un excelente desayuno inglés, el WinterWonderland y su atmósfera mágica, una noche de menú para llevar, ir al restaurante y ver las noticias de la BBC en televisión.

 

 

El último día, tuve esa sensación de no querer ser sacada de mi vida otra vez. Solo quiero volver a lo que solía ser y no tener que sufrir cambios continuos.

De todos modos, hoy volví sin dormir, y tuve un examen de traducción que hice desde casa, que creo que fue terrible y con muy poco tiempo para hacerlo. No quiero pensar en eso ahora. Me alegra decir que ahora queda muy poco hasta el final, especialmente teniendo en cuenta que esta semana es puente, así que básicamente no voy a ir a clase. Es una locura la cantidad de trabajo que tengo hasta el final, 2 o 3 exámenes o trabajos que entregar cada semana, ¡pero todo lo que puedo ver es el 23 de diciembre! No puedo esperar más, ¡aunque acabo de estar en Londres! Ese será el día en que también dejaré de estresarme, y realmente lo necesito.