De vuelta a Consuegra

Este fin de semana he vuelto a Consuegra, un pueblecito cerca de Toledo en el que crecí. Esta es la segunda vez que vuelvo desde que estoy aquí y la verdad es que me encanta. Ver a viejos amigos, familia y demás me hace sentir mejor ya que estoy bastante estresado debido al cambio en la Universidad de Granada comparado a Roehampton. Acabamos de empezar y ya estamos hablando de presentaciones que cuentan para la nota y mini exámenes en clase que también cuentan para la nota. Pero en fin, voy a hablar de lo bueno.

Consuegra sigue igual, hay gente que ha cambiado mucho pero es  físicamente más que nada. En Consuegra me siento en casa, y no es sorprendente ya que es donde crecí. Pero aunque me siento como en casa, hay algo que falta, no sé cómo describirlo. Toda la gente que conozco ha madurado mucho y ya no tienen el mismo espíritu joven. La mayoría siguen una rutina de ir a trabajar, volver a casa, comer e irse a la cama y después repetirlo al día siguiente. Solo uno de mis amigos sigue estudiando y los demás trabajan por lo que me siento un poco desconectado. No solo es porque yo nunca he trabajado seriamente sino porque al tener una rutina tan definida y “aburrida” ya no tienen tiempo o ganas de salir o divertirse como antes. A pesar de todo esto, sí que han hecho una excepción en este caso y esta noche vamos a salir todos. Por lo que me han contado es algo que no hacían desde hace años.

Vamos a salir de copas y después el plan es ir a algún club o discoteca pero ya veremos lo que pasa. Espero pasármelo bien con ellos, ya que el lunes vuelvo a Granada.