Las playas de Tarifa son mundialmente conocidas gracias, curiosamente, a uno de los fenómenos que más molesta a los bañistas gaditanos, el viento de Levante. Y es que este fenómeno atmosférico ha convertido a Tarifa en uno de los grandes paraísos del surf, el windsurf y, últimamente, también el kitesurf. Para llegar hay que andar bastante a campo través desde donde puedes dejar el coche. O sea, que hay poca gente. Y no hay ningún local de nada allí. O sea, que al cabo de un rato de bañarte y tomar el sol, como tampoco es muy larga y no tiene mucho paseo, estás deseando irte. Es una gran playa, como todas las atlánticas de Cádiz, que se extiende durante kilómetros y en la que no existe la masificación. Destaca la gran afición a los deportes de viento.