El Caminto del rey había sido restaurado por motivos de seguridad obvios. No sabía que anticipar y las fotos por la internet no parecieron que me molestaría. Todo que puedo decir es que finalmente conquisté mi temor a las alturas. O al menos he hecho una mejora para conquistarlo. Esto era un tan gran logro para mí. Sin embargo, como todos los desafíos en la vida, esto no era fácil. Era una mezcla de miedo, temor, maravilla y entusiasmo a través del excursión. Teníamos un guía con nosotros y de verdad, me sentí con él. Estaba sin aliento a alturas asombrosas porque puedo ver el fondo del cañón a través del camino de madera. La prueba última de mí era el puente. Era aterrador, tanto de modo que mis rodillas fueran débiles y mis manos no podían dejar de temblar. Me helé en medio del puente porque comencé a oír los ruidos extraños de la estructura. Sin embargo, era bastante valiente para seguir para el otro dolorosamente mucho tiempo 10 minutos en el lado de la montaña. Pero lo completé. Ahora me siento imparable.